Hace muchos años, en un pequeño pueblo, había una antigua mansión abandonada. La gente del pueblo decía que estaba embrujada por los espíritus de los antiguos habitantes, que habían muerto de forma trágica. Nadie se atrevía a acercarse a la mansión, pero una noche, un grupo de jóvenes valientes decidió investigar lo que había dentro.
Una vez dentro, se dieron cuenta de que la mansión estaba en ruinas, con techos que amenazaban con caer en cualquier momento y paredes llenas de moho. Sin embargo, pronto comenzaron a escuchar ruidos extraños, como si alguien estuviera caminando detrás de ellos. Los jóvenes se asustaron, pero decidieron continuar investigando.
Mientras exploraban la mansión, se encontraron con una habitación cerrada con llave. Decidieron forzar la puerta y descubrieron que dentro había un espejo antiguo, cubierto de polvo y telarañas. Uno de los jóvenes decidió limpiar el espejo, y de repente, comenzaron a ver imágenes extrañas reflejadas en él. Vieron a personas que parecían ser los antiguos habitantes de la mansión, pero estaban desfiguradas y cubiertas de sangre.
Los jóvenes se asustaron y trataron de salir de la mansión, pero descubrieron que las puertas y ventanas estaban bloqueadas. Comenzaron a escuchar risas malvadas y voces que les decían que nunca saldrían de allí. Trataron de romper las puertas y ventanas, pero no tuvieron éxito.
Finalmente, los jóvenes se dieron cuenta de que los espíritus de los antiguos habitantes de la mansión los estaban atormentando. Pasaron la noche aterrorizados, escuchando ruidos extraños y viendo imágenes espeluznantes reflejadas en el espejo.
A la mañana siguiente, cuando finalmente lograron salir de la mansión, estaban tan traumatizados que nunca volvieron a hablar del incidente.
Desde entonces, la mansión ha permanecido cerrada y abandonada, y la gente del pueblo sigue contando historias de espíritus malignos que acechan dentro. Muchos dicen que si alguien se atreve a entrar en la mansión, nunca saldrá vivo.
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